Estudios sobre: lengua, literatura y tradiciones culturales...

martes, 26 de agosto de 2008

LA INTRODUCCIÓN EN UN TRABAJO CIENTÍFICO

Muchos creen que la "introducción" de un trabajo, dentro de todo lo que supone una investigación, es la tarea más fácil. Bajo tal argumento la asumen sin el cuidado y ponderación redaccional necesarios. Quienes piensan de esa manera, cuando van a enfrentar su construcción, ya tienen en ésta la primera dificultad del trabajo. La introducción forma parte esencial de la estructura de todo texto científico. No es un relleno. Necesariamente la introducción debe ofrecer una idea a priori de lo que contiene la totalidad del documento. Sus párrafos deben contemplar, en una aproximación muy breve (se habla de 2 a 3 páginas), la problemática que se analiza, su importancia y justificación, los objetivos y los resultados fundamentales. La definiríamos, estando al tanto del riesgo que asumimos, como la escritura esquematizante de la investigación. El lector debe tener en la introducción una guía de la textualización del trabajo científico realizado. Sin duda que en ésta se recoge la esencialidad de cualquier resultado investigativo. Para Zuleyma del Rosario Santaya (ver su libro Guía para la elaboración formal de reportes de investigación, UCAB, 2006) la introducción debe, en primer término, contemplar brevemente el planteamiento del tema que se está investigando, en segundo lugar, afirma que los antecedentes del problema deben mostrarse, ya que la revisión de la literatura temática es un indicio que le da mucha credibilidad al investigador y confirma que su búsqueda y revisión heurística fueron exhaustivas. Un tercer aspecto importante que debe tener la introducción es la justificación y relevancia teórica de la problemática objeto de estudio. En el muy acreditado Manual de Redacción Científica (On Line) del Dr. José Mari Mutt se expresa que la introducción informa de tres elementos muy importantes de la investigación: el propósito (objetivos), la importancia y el conocimiento actual del tema. Por otra parte tenemos que Inés Otilia Fernández de Silva en su Diccionario de investigación (Sypal, 2007) certifica que en esta parte del discurso se deben presentar los detalles del proceso investigativo, la profundidad del estudio, el diseño metodológico y el modelo epistémico en que se enmarca el proyecto. Por último añadiremos que en la introducción debe tenerse en cuenta tres principios vitales de la redacción: precisión, claridad y brevedad. Además pudiéramos agregarle, para “blindar” su estructura: la coherencia y la cohesión. Entendiendo a la primera como la homogeneidad que existe entre las relaciones pragmáticas y contextuales del texto, en cuanto a su aspecto léxico-gramatical y a la segunda como la consistencia textual de los diferentes “enlaces intraverbales” que fortalecen la base semántica y significativa del trabajo. Si la investigación concluida es un producto científico que necesitamos “vender”, la introducción debería ser como El Aleph borgiano, esto es, un punto en el espacio escritural que contiene todos los puntos, una página donde se muestren todas las páginas de esa investigación. Lic. Duglas Moreno

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Es común encontrase en la calle o en instituciones educativas con personas que manejan valiosas ideas sobre lo que se debe investigar. Argumentan detalladamente la situación, abundan en diagnósticos; estos casi siempre avalados por la intuición, rara vez basados en argumentos científicos, no obstante demuestran poseer un dominio considerable sobre la temática abordada. Ahora bien, todo cambia cuando se les exhorta a que la escriban, es decir, a que hagan el planteamiento del problema. La idea original parece entrar en los dominios de lo insondable. No sé qué pasa; pero toda la disertación oral, expuesta anteriormente con dramatismo y crudeza, se disipa. La memoria, aparentemente queda en blanco y emerge entonces, una fugaz y arcánica letrilla que no guarda ninguna relación con las palabras que se exponían con una clarividencia envidiable. Hasta aquí tenemos que delinear de forma escrita que cualquier propuesta no resulta fácil, no sólo por la complejidad propia de cada tema de investigación, sino porque el proceso de redacción textual es uno de los más difíciles de cohesionar en el acto comunicacional. Los que asiduamente realizan trabajos de investigación que se encuentran en la fase inicial de un proyecto saben que pasar de la idea al planteamiento del problema, representa uno de los nudos críticos de toda actividad investigativa. Algunos teóricos del proceso científico (R. Ackoff, entre otros) sostienen que si un problema se plantea correctamente, la investigación se encuentra parcialmente resuelta. Claro, lo difícil es hacerlo en términos “concretos” y “explícitos”. En el excelente texto: Metodología de la investigación (2003) de Roberto Hernández Sampieri y otros, se expone que plantear el problema consiste en “afinar y estructurar más formalmente la idea de investigación”. En el mismo libro se confirma que el desarrollo de este aspecto conlleva la consideración de los objetivos, las preguntas de investigación, los límites temporales y espaciales, así como la justificación del estudio. Una vez que se ha concebido la idea de investigación y el científico, estudiante o experto social han profundizado el tema en cuestión (acudiendo a la bibliografía básica, así como consultando a otros investigadores y fuentes diversas), se encuentran en condiciones de plantear el problema de investigación. En realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de investigación. El paso de la idea al planteamiento del problema puede ser en ocasiones inmediato, casi automático, o bien llevar una considerable cantidad de tiempo; lo que depende de qué tan familiarizado esté el investigador con el tema a tratar, la complejidad misma de la idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y las habilidades personales de éste. El seleccionar un tema, una idea, no coloca inmediatamente al investigador en una posición que le permita comenzar a considerar qué información habrá de recolectar, por qué métodos y cómo analizará los datos que obtenga. Antes necesita formular el problema específico en términos concretos y explícitos y de manera que sea susceptible de ser investigado por procedimientos científicos (Selítiz et al., 1976). Como señala Ackoff (1953), un problema correctamente planteado está parcialmente resuelto, a mayor exactitud corresponden más posibilidades de obtener una solución satisfactoria. El investigador debe ser capaz no Sólo de conceptuar el problema sino también de verbal izarlo de forma clara, precisa y accesible. En algunas ocasiones el investigador sabe lo que desea hacer pero no puede comunicarlo a los demás y es necesario que realice un esfuerzo por traducir su pensamiento a términos que sean comprensibles, pues en la actualidad la mayoría de las investigaciones requieren la colaboración de otras personas. Lic. Duglas Moreno

ANALISIS DE RESULTADOS

Se relaciona con la exposición ordenada y sistemática de los resultados obtenidos en el trabajo, con la demostración de las hipótesis planteadas. Dado que los resultados son el fundamento de las conclusiones, en la discusión se establecerá la relación entre unos y otras, pero, a la vez, con los objetivos de la introducción. Igualmente, se brindará una comparación de los resultados propios y los de las investigaciones de los otros autores (antecedentes), con el propósito de que la discusión dentro del flujo de los resultados de las indagaciones precedentes, conformen lo que se llama "diálogo de la ciencia" (Moyano 200: 124). Por eso esta autora dice: "La discusión es, entonces, la exposición del punto de vista del autor acerca de lo obtenido en el trabajo, puesto en diálogo con la opinión de otros sobre lo observado en otros estudios y con el marco teórico en el que se basa la investigación" (2000: 125).

EL MARCO TEÓRICO

Un marco teórico (o conceptual) es el grupo central de conceptos y teorías que se utilizan para formular y desarrollar un argumento (o tesis). Esto se refiere a las ideas básicas que forman la base del sustento teórico del trabajo a desarrollar, mientras que la revisión de literatura se refiere a los artículos, estudios y libros específicos que se usan dentro de la estructura predefinida. Tanto el argumento global (el marco teórico) como la literatura que lo apoya (la revisión de literatura o antecedentes) son necesarios para desarrollar una investigación cohesiva y convincente. Por ejemplo, si se escribe un trabajo sobre la educación bilingüe y se desea tomar una posición positiva sobre el uso de la lengua materna en las escuelas, sería necesario desarrollar un argumento que explique por qué dicha instrucción sería beneficiosa. No es suficiente demostrar que tres estudios encontraron este método de instrucción eficaz (la revisión de literatura o antecedentes), también es necesario detallar cuáles teorías guiaron tal propuesta, como la hipótesis de interdependencia lingüística de Cummins, la hipótesis del bilingüismo aditivo de Lambert o la teoría del esquema. Con estas teorías analizadas para crear un marco teórico, se puede después colocar/organizar toda la literatura en esta estructura.
Julia Scherba de Valenzuela, Ph.D.