Estudios sobre: lengua, literatura y tradiciones culturales...

sábado, 27 de septiembre de 2008

EL ENSAYO

El Diccionario de la Lengua Española, define la palabra ensayo como “Acción y efecto de ensayar. Escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito. Género literario al que pertenece este tipo de escrito. Operación por la cual se averigua el metal o metales que contiene la mena, y la proporción en que cada uno está con el peso de ella”.
Sin embargo, el verdadero ensayista no cumple con lo anterior, pues no escribe para probar, tampoco lo hace para no terminar y volver a comenzar, sino que por el contrario, produce textos con firmeza, comienza y termina sin pensar si sirve o no lo escrito, el laboratorio es su experiencia de vida y lecturas, además de su propia individualidad. Actualmente, existen diversas posiciones en cuanto a si el ensayo es por esencia literario o no, ahora bien, ante esta dicotomía lo que sí se puede afirmar es que su campo de acción es extraordinariamente amplio, pues, posee características muy particulares dentro de su composición que permiten brindar al escritor fisonomía propia, es decir, sus ideas pueden ser abordadas desde lo estético hasta lo propiamente didáctico y pueden ser organizadas desde la exquisita sensibilidad del autor hasta la conjugación de elementos didácticos-científicos. Asimismo, ante la búsqueda de concretar con exactitud una definición del ensayo, se han propuesto algunas afirmaciones: “El ensayo es un tipo de composición, generalmente breve, en prosa literaria, que expone sin rigor sistemático, pero con honduras, madurez y emotividad peculiares una interpretación personal sobre modalidades libremente seleccionadas de temas científicos, filosóficos o artísticos (Manuel Gayol Fernández). “Es una composición en prosa; su naturaleza es interpretativa, pero muy flexible en cuanto a métodos y estilo, sus temas variadísimos, los trata el autor desde un punto de vista personal; la extensión aunque varía, permite por lo común que el escrito se lea de una vez; revela, en fin, las modalidades subjetivas del escritor (Medardo Vitier). “Escrito generalmente breve, sin el aparato ni la extensión que requiere un tratado completo sobre la misma materia (Diccionario de la Real Academia). Parte del compromiso del escritor cuando se dispone a escribir un ensayo, consiste en pensar profundamente en el tema elegido, explorar en su conciencia juicios claros e impresiones que nunca antes había imaginado. A partir de ese proceso reflexivo, acompañado de la investigación, el autor debe estar en la posibilidad de expresar sus propias ideas, estructuradas en forma ordenada, sin limitarse a ofrecer un resumen del tema. Entonces, un ensayo debe contener el análisis, interpretación o evaluación de cierto tópico. Entre los elementos que necesariamente deben cumplirse al desarrollar un ensayo, se pueden nombrar los siguientes: Proponer contenido de interés y bien documentado, uso de una argumentación apropiada y bien organizada y correcto empleo del discurso, además del cuidado de la cohesión y coherencia de las ideas, sin dejar de lado a los aspectos formales de la escritura. Quien escribe debe tener presente que lo hace para un lector.
Realmente no existe un orden esquemático riguroso que deba ser impuesto al escritor para la producción de un ensayo, sin embargo, es importante aliarse con un orden y método, pues, es necesario utilizar un sistema que permita un desarrollo conveniente, tanto para el escritor como para el lector; el escritor para hacer llegar sus ideas y el lector para comprenderlas. De allí, que se deba cuidar la exposición de éstas y que al mismo tiempo permitan al ensayista actuar y mostrarse con libertad y propiedad. Una estructura sencilla puede ser: introducción, exposición y conclusiones. En la introducción, el ensayista pone de manifiesto el tema desarrollado, su importancia, la orientación y finalidad del trabajo. Es decir, se ilustra al lector todo aquello que permita contextualizarlo con la temática del ensayo. En la exposición, el escritor se atreve a realizar todo lo relativo a afirmaciones argumentadas y sustentadas, análisis, comparaciones, críticas, apreciaciones. Es la parte donde el autor da a conocer todo el acervo de conocimientos que posee acerca del tema, llevando de la mano al lector a través del pensamiento, conocimientos y originalidad. En las conclusiones, el autor enuncia sus propias opiniones y particulares reflexiones finales después de realizar ese gran recorrido de análisis y críticas acerca del tema planteado. En fin, escribir un ensayo requiere de un gran dominio acerca de un tema dar a conocer opiniones y puntos de vista, pero sustentados de manera organizada y formal.

GLENYS PÉREZ

martes, 23 de septiembre de 2008

LAS CONCLUSIONES

Las conclusiones de la investigación deben tener correspondencia directa con los objetivos. Además, se resumen los principales resultados y los aportes más significativos del trabajo. Dentro de las conclusiones, pueden incluirse recomendaciones y citas de autores que respalden las aseveraciones del autor. Según Henríquez y Zepeda (2004), las conclusiones deben ser presentadas claramente “como respuesta a la interrogante que originó el estudio y a los objetivos planteados, por lo tanto debe haber tantas conclusiones como objetivos. Es conveniente dejar en claro las limitaciones que el estudio presentó y la forma como pudieron afectar las conclusiones”. Para Mari (2004), esta sección por lo general sólo se incluye en artículos largos o en trabajos que tienen una sección de discusión extensa. La forma más simple de presentar las conclusiones es enumerándolas consecutivamente, pero se puede optar por recapitular brevemente el contenido del artículo, mencionando someramente su propósito, los métodos principales, los datos más sobresalientes y la contribución más importante de la investigación. La sección de conclusiones no debe repetir excesivamente el contenido del resumen. De acuerdo a Molero (2004), las conclusiones le permiten al autor o autora, autores o autoras, expresar la opinión, estableciendo relaciones entre los hechos, señalar causas y consecuencias, establecer alternativas, expresando la confirmación o el rechazo de la (s) hipótesis, planteando nuevas posibilidades de investigación. No es obligatoria la inclusión de las recomendaciones que el autor formula como consecuencia del estudio realizado. Sin embargo, éstas deben ser operativas, es decir, orientar claramente cómo se lograrán pues contribuyen a la solución de problemas.
FUENTE: UNIVERSIDAD CATÓLICA CECILIO ACOSTA (2008).

LAS REFERENCIAS EN UN TRABAJO O ARTÍCULO CIENTÍFICO

“Las referencias permiten identificar las fuentes originales de ideas, conceptos, métodos, técnicas y resultados provenientes de estudios publicados anteriormente, orientan al lector con mayor extensión y profundidad en el sustento teórico en que se fundamenta el estudio” (Artiles, 1995). Se incluyen todas las fuentes que han sido citadas en la investigación. No deben incluirse documentos que sólo hayan sido consultados sin haber sido citados. Las referencias comprenden: Libros, revistas arbitradas, direcciones URL, trabajos de grado, tesis doctorales, documentos, leyes, manuales, ponencias presentadas en eventos, materiales no publicados, entre otras. Se ordenan alfabéticamente y su estructura corresponde al sistema que exija la institución, revista u otros, por ejemplo, el sistema Harvard o APA. Según Soler y Piñeiro (2004), se citará según la normativa exigida por la revista elegida o la Editorial científica, por ello existen diferentes normas reconocidas internacionalmente y que deben ser tomadas en cuenta por el investigador. El nivel de actualización del artículo científico, se determinará atendiendo a las referencias consultadas y que se encuentren en los últimos 5 años de publicación.

FUENTE: UNIVERSIDAD CATÓLICA CECILIO ACOSTA (2008)